Normas que se contradicen

Tras muchas y muy variadas crisis, que se han encadenado y solapado (sanitaria, energética, de suministros, inflación…) ya no hay colchón. Las empresas y autónomos que no se han quedado por el camino perviven sin capacidad de respuesta para hacer frente a otro golpe. Ahora, además, están haciendo frente a la devolución de los ICO y préstamos de la pandemia.

Lo que cunde es preocupación e incertidumbre.

Preocupación porque, aunque hay sectores que en estos momentos activados completamente sufren el impacto de la inflación que está provocando que los costes de producción sean más caros. Lo que el autónomo lleva a su casa es cada vez menor.

E incertidumbre, ante una situación que se avecina compleja. El problema es que el pozo se está quedando sin agua. Lo hemos visto en los datos de afiliación: el peor dato de autónomos en los últimos diez años. Esto nos lleva a pensar que vamos a terminar el año con un número menor de autónomos. El turismo en verano no ha tenido los niveles esperados de consumo. La ciudadanía en general está muy retraída ante la incertidumbre de lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Cuando hay una caída de autónomos, como ha pasado en julio, es un termómetro de cómo puede estar la economía en general. Esta caída obedece a una situación de agotamiento.

El decreto es una chapuza. Primero en su planteamiento. Un RD que fija la temperatura de los locales en 27 grados y luego se ratifica a 25 grados es incoherencia pura. Tenemos una normativa Covid que anima a ventilar locales y oficinas y ahora vemos que se exige blindar oficinas y comercios. La normativa Covid en estos momentos obliga a la ventilación, por lo tanto, un comercio que esté para mantener la temperatura en invierno desde luego va a incumplir. Los autónomos nos han preguntado a qué norma deben hacer caso.

Es un RD que se ha hecho, además, sin consenso, y que no ha venido acompañado de una campaña informativa y de concienciación. Nos preguntan los propietarios de locales de ocio nocturno a qué hora deben apagar los luminosos con los que publicitamos sus locales. La norma no marca nada. Poniendo el aire a 27 la temperatura dentro de algunos locales puede alcanzar los 35. Así no entra nadie. Y además choca frontalmente con una la norma laboral en la que se regula la temperatura ajustándola al tipo de trabajo que se realice. Muchos panaderos, peluqueros, propietarios de lavandería se han puesto en contacto con ATA asegurando que si suben la temperatura y además cierran la puerta no van a poder trabajar.

Como digo he echado de menos una profusa campaña de información. Actualmente, desconocemos quién va a tener la capacidad de sancionar. Si la policía local, inspección de trabajo… Es una nueva traba y un gasto añadido a quien tenga ahora que poner sistemas de cierre cuando se lo han gastado en mamparas de separación entre mesas, de purificación de aire…

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